Las adicciones están cada vez más presentes en la adolescencia.
Durante la adolescencia, hay determinadas adicciones a las que somos más susceptibles a comenzar a sufrir que en la edad adulta.. Estas adicciones de normal están principalmente relacionadas con el estrés, desahogar los miedos, el placer o la autoestima.
Uno de los más reconocidos es el trastorno de la alimentación. Se pueden dar dos tipos de trastornos. El primero, la anorexia o bulimia, un desorden alimenticio estrechamente relacionado con la imagen que tenemos de nosotros mismos, en este caso distorsionada, donde sufrimos miedo por subir de peso. Este tipo de trastorno tiene una mayor cantidad de casos entre los 12 y los 25 años de edad y una mayor tasa de mortalidad que otro tipo de trastornos mentales, ya que afecta al organismo, a veces de maneras irreparables. El segundo sería la adicción a la comida basura. Durante la adolescencia nuestro cuerpo nos pide una mayor cantidad de calorías para soportar todos los cambios que está sufriendo. Sin embargo, la comida basura, aunque nos complace de manera inmediata, no nos ayuda en absoluto pues las calorías que ganamos no son buenas para el organismo. Bollería industrial, patatas fritas, refrescos, comida rápida, etc, desarrollan adicción y pueden afectar a la memoria y el aprendizaje, además de aumentar el riesgo de padecer cáncer y diabetes.
Alcohol y tabaco. Cada año, la cantidad de personas menores de 21 años que mueren a causa del consumo del alcohol ronda las 5000. Tanto el alcohol como el tabaco son drogas aceptadas por la sociedad y que se asocian a la madurez y a la independencia de ser adulto, lo que las hace muy apetecibles para un adolescente. Además, son adicciones a las que podemos ser directamente influenciados desde casa, si nuestros padres o familiares cercanos los consumen de manera habitual. Ambos afectan al desarrollo de nuestro cuerpo y nuestro cerebro y nos puede causar un gran riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el hígado y los pulmones, entre otras.
Adicciones que cuestan cada vez más caras.
Videojuegos y casas de apuestas. Aunque los videojuegos en su justa medida no deberían causar un gran problema para nadie, cuando la vida de una persona gira en torno de los videojuegos, sobre todo de los que necesitan hacer un mínimo de gasto de dinero para conseguir accesorios y accesos dentro del juego, pueden causar una adicción que afecte tanto socialmente como económicamente a una persona. Y las apuestas, cada vez más accesibles gracias a internet y a la publicidad continua en la televisión, sobre todo la que está relacionada con deportes como el fútbol, puede crear una grave adicción, con un mayor riesgo entre la población joven que apenas está comenzando a ganar su propio dinero.
Relacionada con las adicciones económicas, también tenemos la adicción a las compras, una que es continuamente propulsada por la sociedad en la que vivimos, altamente consumista.
Hay que educar de manera responsable a nuestros hijos, pues se exponen cada día a miles de estímulos, muchos provenientes de su entorno más cercano y son más susceptibles a estos estímulos que los adultos. Enseñarles a ser conscientes de que toda decisión tiene su repercusión y como hay que tratar con el estrés, el miedo o la necesidad de autocomplaciencia.