Una de las etapas más importantes con respecto al desarrollo físico es la etapa infantil. Durante todo el proceso de crecimiento y desarrollo de los niños se tienen necesidades energéticas y de micronutrientes significativas. Abastecer todos los requerimientos con una alimentación saludable y equilibrada será fundamental para que los niños tengan un estado de salud óptimo y se asegure un correcto funcionamiento del organismo.
Esto cobra más importancia si lo explicamos de esta forma: un niño que está creciendo, está formando y generando tejidos nuevos (formación de huesos, tejido conjuntivo, formación de dientes…). Si durante este crecimiento existen problemas con el principal sustrato que ayuda en todos estos procesos, es decir, los alimentos, pueden aumentar el riesgo de un desarrollo inadecuado. Por esta razón la etapa infantil es la más vulnerable ante cualquier problema que implique una carencia nutricional.
En la actualidad está más que demostrado que cubrir los requerimientos nutricionales de los niños a través de alimentos con una densidad nutricional alta (fruta, verdura, frutos secos, legumbres, lácteos…) es la principal forma de protección que estos tienen frente a las enfermedades infantiles más comunes y evitar el riesgo de enfermedades que puedan aparecer en la adultez.
Para que los niños tengan desde pequeños una alimentación adecuada es importante ofrecerles desde edades muy tempranas, es decir, cuando comienzan con la alimentación complementaria, alimentos reales y más adecuados en base a sus necesidades, tolerancia y gustos. Durante todo este proceso de ofrecimiento y búsqueda de combinaciones de alimentos saludables que más le gusten al niño, es necesario tener paciencia y no obligarles a comer más cantidad de la que quieren. Ellos mismos son capaces de determinar su hambre. Evitar productos infantiles dirigidos a niños con una cantidad considerable de azúcar añadido (mi primer yogur, mi primera papilla, mi primer Cola-Cao…) puede ayudar a que estos no tengan umbrales de sabor dulces altos y apetencias por este tipo de sabores.
En etapas posteriores es fundamental explicarles y hacerles entender la importancia que tienen los alimentos saludables en su crecimiento. Asentar este tipo de conceptos desde la infancia puede facilitar que los buenos hábitos nutricionales perduren en la adolescencia y la edad adulta. En general, una alimentación y unos hábitos de vida saludables complementados con actividad física, nos facilitará que el niño goce de una buena calidad de vida en toda su etapa de desarrollo vital.